historia de las nuevas tecnologias
. Estos últimos años han sido indiscutiblemente los del triunfo de las nuevas tecnologías en muchos de los sectores de nuestra sociedad. Quizá la educación ha sido uno de los sectores que más ha tardado en incorporar estas tecnologías. En primer lugar hay que tener en cuenta que la historia de la educación no se ha caracterizado demasiado por la inclusión de tecnología en los últimos siglos. La tiza, la pizarra y los textos han sido los elementos tecnológicos más utilizados en la escuela desde la invención de la imprenta. Además, la disciplina histórica, ha tendido (hasta hace relativamente pocos años) a considerar fuentes históricas fundamentalmente a las fuentes escritas.
Por otro lado, los gurús de las TIC´s pronosticaron hace veinte años que estas tecnologías, por sí mismas, serían la solución a la mayoría de los problemas educativos. Pero, ¿podemos afirmar en este sentido como Mc Luhan que el medio es mensaje? En algunos aspectos ha sido verdad, es decir, la forma que tenemos de comunicarnos a través de estas nuevas tecnologías condiciona los mensajes, con un predominio de lo audiovisual sobre lo textual. Pero las tecnologías por sí mismas no nos resuelven la clase de historia. Nos facilitan la explicación de muchas cosas que antes se explicaban de forma abstracta pero al final el problema de cómo hacer mejores clases acaba siendo fundamentalmente un problema didáctico. Muchas de las técnicas que han triunfado en nuestras clases en la actualidad se habrían podido llevar a cabo sin nuevas tecnologías.
Las TICs por lo tanto no dejan de ser una herramienta muy potente pero, al fin y al cabo, una herramienta. Es la didáctica de la Historia la que tiene que definir su utilización. Y esta es una de las causas del no-éxito fulgurante de las nuevas tecnologías. En muchas ocasiones los centros educativos se han preocupado de comprar ordenadores y conexiones a Internet sin saber demasiado bien que iban a hacer con las mismas.
No obstante, hay una cosa en la que las TICs han cambiado nuestras aulas. Unifican los soportes de trabajo. Antes, el profesor interesado en utilizar medios audiovisuales en clase tenía que llevar a clase unas veces el proyector de diapositivas, otras veces el vídeo, otras un mapa desplegable, otras un reproductor de audio… Ahora todo esto se ha unificado en un soporte, el soporte informático. Teniendo un ordenador y un proyector el profesor puede utilizar todas las técnicas audiovisuales.
Pero el incremento en la utilización de las TICs en los últimos años no se ha centrado sobre todo en el aprovechamiento audiovisual de sus potencialidades. El profesorado de Historia y de otras materias no se ha convertido en un manejador del lenguaje audiovisual sino que ha hecho servir en las nuevas tecnologías las habilidades que ya manejaba anteriormente. Por este motivo la mayor utilización de las TICs en la clase de Historia (igual que en la mayoría de las materias) es la del lenguaje textual, es decir, especialmente la sustitución del libro de papel convencional por textos electrónicos. Estas tecnologías permiten ahorrar dinero en fotocopias de documentos, poder insertar fotografías, gráficos y esquemas tanto en color como en blanco y negro. Las nuevas técnicas de trabajo han sido utilizadas justo en aquellos aspectos donde en realidad son menos competitivas con el libro y los textos convencionales. Precisamente la lectura de textos por pantalla suele ser más dificultosa que la lectura de un libro convencional.
No es normal que nuestro profesorado conozca programas informáticos de retoque fotográfico o de montaje de vídeo o sonido, pero casi todos los profesores contemporáneos conocen la utilización de los llamados procesadores de texto.
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